A veces los 18 me parecen tan lejanos, y recién tengo 20 no más.
A veces me acuerdo de tener dieciocho y pensar que iba a explotar de felicidad, creer que estaba enamorada hasta las patas y más allá, disfrutar el sexo como si fuera lo más puro que tuviera en la vida, dar vueltas en lo intensa que puede llegar a ser la noche sin pensar en las consecuencias, querer decir "I do", querer escaparme de la casa e irme con una mochila al sur, soñar todo el día despierta sobre un amor que no es, pensar que el cielo no era para mí...
Y todo, todito, cambió. De la noche a la mañana, se fue.
2 comentarios:
Ya no está.
Me Gusta
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