Que rico se siente oirlo otra vez.
¿otra vez? ¿cuándo lo oí por última vez antes?
Jajaja. Mi vida se ha vuelto... algo "loca" por así decirlo. He hecho cosas que antes ni pensaba hacer, sentido cosas que no sabía que existían, y esto sin arriesgarme demasiado. Todo llega, es el tiempo. Y no es que yo esté cambiando, es que el ambiente, mi entorno, se está moviendo... por razones obvias.
Cosas distintas como conocer a músicos gringos que llenan su apartamento de pinturas de Dalí y te dicen gritando, solamente conociéndote desde hace dos horas, que eres la mujer ideal (de él claro, no es que yo sea la mujer ideal, por favor, no va así para nada). Y entrar a lugares que antes no me atrevía, sea o no por el efecto que el alcohol pueda provocar. Gritar. Saltar muchísimo, muy alto.
Kandisky es el único que representa cualquier emoción de mi corazón ahora, todo nuevo como siempre, vamos explorando y explorando y guardando bien lo bueno y malo que queda, recién empezamos a respirar no más.
Y así estoy ahora, como el sábado a las 7 tomando té muy cínicamente, con aroma a todo en el pelo y riéndome de una cumbia estupendamente idiota junto a una comadre "de-la-vida". Una explosión que no se piensa. Es rico mientras se siente. ¿Si? ¡Sí!