Cuando tenía seis años mi tata me regaló mi primer libro. No un libro corto de 20 páginas y lleno de dibujos. The real libro. Me acuerdo que me resultó tremendamente emocionante ver esas más de cien páginas llenas sólamente de letras, además de anotaciones a pie de página, era un nuevo mundo para mí. Tener este libro en mis manos, para disfrutarlo durante el verano, era la prueba de que había pasado la primera etapa y me sentía un paso más cerca de pertenecer a un grupo de gente culta y lectora del que yo anhelaba formar parte algún día. Extraños deseos para los seis años.
El libro era chiquitito y me cabía en mi mochila de Minnie. Además, era sobre un niño italiano un poco más grande que yo y eso me parecía maravilloso, pues yo estaba en un colegio italiano. Recuerdo haber calculado la cantidad de páginas que debía leer para que el libro me durara la mayor parte del verano, además que estaba recién desarrollando mis habilidades como lectora. Cada mañana mi nana me despertaba apenas llegaba para que yo tuviera un tiempo tranquilo de lectura y me ponía a, detenidamente, estudiar cada página.
Con los días sufría. El libro me parecía altamente trágico y triste para que fuese protagonizado por un niño un poco más grande que yo, aunque no entendía tanto. Un día me rehusé a leerlo y no quise seguir más, me parecía muy injusto para la vida de un niño tener tanto dolor por amor... así que subí seis pisos hasta donde vivían mis abuelos. Mi tata estaba sentado en la pieza de la biblioteca, leyendo el diario antes de salir al trabajo. Él cuenta que yo estaba muy indignada y le devolví el libro alegando lo penoso de su trama.
Mi abuelo esa vez me dijo que en los libros iba a encontrar y conocer el amor, o imaginarlo hasta que se manifestara realmente en mi vida. Así que volví y leí el libro, como he leído cada libro que me pasa cuando llegan las vacaciones. Pero es sólo teoría, es sólo un imaginario, la práctica, el amor físico, aún dudo tenerlo tan claro como casa sensación que he leído hasta ahora.
Y hace poco, la práctica y la teoría se unieron, transformándose física y psicológicamente en un párrafo de un libro. Un párrafo que voy a escribir y describir. Pero hoy no, mañana tal vez.